lunes, 10 de enero de 2011

La comodidad del banco en casa

La posibilidad de realizar transacciones bancarias sin moverse de casa comenzó en los albores de los años 90, a través del teléfono.
Y aunque esta fórmula no triunfó, sirvió de anticipo al nuevo servicio que ofrece hoy la gran mayoría de entidades financieras: la banca on-line. De momento, los bancos y cajas de ahorro adoptan tres enfoques diferentes: considerar Internet como un nuevo canal, que se une a las oficinas y a la banca telefónica; crear bancos específicos para competir exclusivamente en la Red, o como tercera vía, hacer una apuesta doble.
En la actualidad, la banca electrónica cuenta con 644.000 clientes en España, lo que representa un 18% de los usuarios de Internet y un 1,6% de la población, según datos recogidos en un estudio editado por Arthur Andersen Consulting y BSCH Investment. Si se comparan estos ratios con el número de clientes en Estados Unidos, se comprueba que todavía queda camino por recorrer: 14,2 millones de usuarios utilizan estos servicios en el país norteamericano, cifra que supone un 18,2% de sus cibernautas y un 5,2% de su población total.

El sistema para acceder al banco o caja on-line es realmente sencillo. Basta con solicitar en la sucursal tradicional de la que somos clientes el acceso a este servicio. Se obtendrá una contraseña o password y se definirá una clave con la que se accede a un sitio seguro, con garantía de privacidad, que muestra al cliente bancario su cuenta corriente o cualquier otro producto (las líneas de tarjetas de débito o de crédito, los depósitos, etc.). Las claves se requieren siempre que se desee entrar a la página, y una vez en ella, el usuario puede operar con la misma confianza que si se encontrara en la ventanilla de una sucursal bancaria tradicional o en un cajero automático. 

Aunque mediante la banca on-line es posible efectuar operaciones financieras que entrañan cierto grado de complejidad (compra de acciones en la Bolsa, inversiones en depósitos, suscripción de deuda pública), el usuario puede servirse también de ella como un lugar de consulta y ventanilla para realizar transferencias sencillas. Y esa es, precisamente, la gran ventaja de la banca en la Red: la sencillez de utilización y el concepto de usabilidad (usability) con que ha sido diseñada. Dentro de la página personal se pueden revisar el saldo y los movimientos de las cuentas, de forma general o seleccionando los ingresos (o gastos) desde un día determinado. De igual manera, se verifica si ha sido cobrado el recibo de la luz, se controla el gasto de las tarjetas de crédito o el pago de la letra de la vivienda. Además de funcionar como lugar de consulta, se pueden dar órdenes al banco como devolver un recibo e incluso realizar un pago a otra cuenta corriente. 

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