La mayor preocupación de los usuarios del banco on-line es la seguridad de sus cuentas y de la transmisión de datos. Por ello, las entidades finacieras han articulado sistemas de protección que dotan de mayor fiabilidad a sus servicios.
El principal reto para la seguridad de las transacciones bancarias es garantizar que es realmente el cliente quien se encuentra detrás de las operaciones. Para superar este reto se ha implantado la firma electrónica, un sistema legal que verifica la firma personal o de la empresa que opera en Internet, con la que se demuestra que verdaderamente es el titular de la cuenta o tarjeta quien compra, vende o realiza las transacciones bancarias.
El sistema es muy sencillo. Una empresa se encarga de tramitar la firma electrónica solicitada. Adjudica al titular una clave que sólo él conoce, y otra contraseña con la que le reconocerán los demás. Cuando el usuario desea rubricar una operación, señala su clave (que seguirá siendo secreta), que le abrirá a la posibilidad de introducir la otra contraseña, mediante la cual le identificarán como poseedor de la primera. Este sistema se implantará en breve para trabajar con todo tipo de documentos de carácter legal en Internet.
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